Se había dejado seducir por el jefe...
Seth Morgan era sofisticado, sensual e increíblemente rico; por tanto, estaba completamente fuera del alcance de Kirsten Meadows. A pesar de que el guapísimo magnate la volvía loca, Kirsten sabía que no debía mezclar los negocios con el placer.
Un solo vistazo a la bella Kirsten y Seth supo que quería ser algo más que su jefe. No sabía si lo había cautivado su reticencia a dejarse seducir, el caso era que se moría de ganas de llevarse a aquella mujer a la cama... y él siempre conseguía lo que se proponía.